Los microondas, ya sean grandes, integrables, con horno, o con grill, se han vuelto tan cotidianos en las cocinas de todo el mundo, que rara vez nos preguntamos acerca de sus orígenes. ¿En qué año se inventó el microondas? ¿Quién fue su creador? ¿Cómo eran los primeros modelos que se pusieron a la venta? En este artículo, trataremos de arrojar algo de luz sobre la aparición en el mercado de este práctico electrodoméstico.
Si alguna vez te interesaste por el inventor del microondas o por los acontecimientos que le llevaron a crearlo, te invitamos a que te pongas cómodo y a que nos acompañes a lo largo de los próximos párrafos, donde abordaremos estos interesantes temas y otras muchas curiosidades sobre los microondas.
Microondas: historia de un electrodoméstico revolucionario
Del mismo modo que sucedió con otros muchos inventos, el origen del microondas proviene de la aplicación secundaria de una tecnología inicialmente destinada a otros fines diferentes. Corría el año 1945 cuando, durante una investigación que versaba sobre tecnologías relacionadas con los radares, un ingeniero de la compañía Raytheon Corporation que se encontraba probando un tubo de vacío llamado «magnetrón» descubrió que una barrita de chocolate que guardaba en su bolsillo se había derretido por completo como por arte de magia. Con serias sospechas de que aquel misterioso fenómeno había sido consecuencia de las ondas emitidas por el «magnetrón», aquel avezado ingeniero quiso replicarlo colocando algunas semillas de maíz para hacer palomitas cerca del tubo de vacío. ¿Cuál fue el resultado? Que el maíz se coció e hinchó. Nuestro ingeniero repitió una vez más su experimento usando esta vez un huevo de gallina. En esta ocasión, el rápido incremento de la temperatura y la presión interna hicieron que el huevo explotara. Estos sorprendentes hallazgos animaron a nuestro protagonista a continuar experimentando con otros alimentos, sembrando el germen de lo que, algunos meses después, sería el primer microondas de la historia.
El ingeniero de la Raytheon Company diseñó una caja de metal con una abertura por la que podía penetrar la radiación del magnetrón. Gracias a sus paredes metálicas, la radiación de microondas queda confinada, por lo que la energía del campo electromagnético ya no se difundía, sino que se concentraba entre las paredes de la caja de metal. Las evidencias hablaban por sí solas: cuando se introducía un alimento en esta caja y se sometía a la radiación por microondas, su temperatura aumentaba. Durante los meses siguientes a estas pruebas, otros ingenieros se unieron al estudio y se dedicaron a mejorar el prototipo original. A finales de 1946, con esta sorprendente tecnología ya bajo control, la Raytheon Company solicitó una patente para emplear los microondas en la preparación de los alimentos. Había nacido el microondas (o, al menos, una versión primitiva del electrodoméstico que todos conocemos).
Quién inventó el microondas
¿Recuerdas que hemos mencionado, en el punto anterior, a un ingeniero de la Raytheon Company que se encontraba experimentando con tecnología de radares cuando, accidentalmente, descubrió las propiedades caloríficas de la radiación con microondas? Pues se trataba de Percy Spencer.
Percy Spencer (1894 – 1970) fue un ingeniero e inventor de origen estadounidense, considerado el padre del microondas. Fue él quien descubrió cómo su chocolatina se derretía en su bolsillo como consecuencia de la exposición al «magnetrón» con el que se encontraba trabajando. Spencer fue todo un ejemplo de dedicación y perseverancia, pues se quedó huérfano de padre cuando era niño, y sufrió el abandono de su madre poco después. Criado por sus tíos, el pequeño Percy Spencer nunca pudo acabar sus estudios de primaria, ya que se puso a trabajar como aprendiz en un molino cuando solo tenía 12 años. Sin embargo, eso no le impediría triunfar en la vida, pues, tras su paso por la Marina de Estado Unidos (donde se especializó en telegrafía sin hilos), pudo emprender una exitosa carrera profesional en la Raytheon Company, donde llevaría a cabo los estudios y experimentos que dieron origen a lo que hoy conocemos como horno microondas.
Cuándo llegó el microondas al mercado
El primer horno en fase de pruebas que calentaba los alimentos mediante energía de microondas se instaló en un restaurante de Boston. Un lugar ideal para desentrañar todo el potencial de este nuevo aparato de cocina. ¿Y cuándo se comercializó el primer microondas? Fue en el año 1947 cuando salió al mercado el primer horno de microondas comercial. Estas primeras versiones eran tremendamente aparatosas, con sus 1,60 m de altura y sus 80 kg de peso. ¿Quién querría semejante monstruosidad en su cocina? Además, el magnetrón requería agua para poder refrigerarse, de manera que era necesario instalar un circuito especial adicional. Por si todo eso no fuese suficiente, su precio no era muy económico, precisamente… ¡Cada aparato costaba la friolera de 5000 dólares! Como era de esperar, el microondas no tuvo una buena acogida entre el público.
Pero, lejos de renunciar al proyecto, el equipo de ingenieros y desarrolladores original preparó un nuevo magnetrón capaz de enfriarse por aire, lo que eliminaba la necesidad de colocar tuberías de refrigeración, y permitía fabricar hornos más baratos y manejables. Con estas nuevas características, el microondas comenzó a despertar interés, y fueron los negocios de comida rápida los primeros en apreciar su utilidad.
Cuando la industria de la alimentación descubrió todo el potencial y la gran versatilidad de este revolucionario invento, el microondas se aplicó a un sinfín de usos, como deshidratar verduras, tostar café o frutos secos, descongelar y cocinar las carnes, abrir ostras, pasteurizar leche, y un largo etcétera. Otras industrias también vieron una gran oportunidad de sacarle partido, y lo emplearon para el secado de corcho, cerámica, papel, cuero, tabaco, fibras textiles, lápices, flores, libros húmedos y cerillas. Incluso se hizo uso de las microondas en el proceso de curado de materiales sintéticos como el nailon, el hule y el uretano.
Sin embargo, el usuario de a pie seguía teniendo cierta desconfianza hacia esos nuevos «hornos electrónicos de radar». Poco a poco, a medida que la gente era testigo de su gran utilidad, el microondas como tal empezó a implantarse en las cocinas domésticas. Esto sería en la década de los 70. Para ilustrar su crecimiento en estos años, diremos que en 1971 menos del 1% de los hogares estadounidenses tenían microondas; en 1978 la cifra ascendió al 13%; llegando al 25% en 1986. En 1975, las ventas de hornos de microondas rebasaron el número de cocinas de gas por primera vez en la historia. El microondas había llegado… ¡para quedarse!
Parte del contenido de esta página procede de Amazon. Los precios y disponibilidad de sus productos cambian constantemente y se actualizan cada 24 horas. Se aplicará a la compra del producto el precio y la disponibilidad que aparezca en Amazon en el momento de la compra.